Racing

Carácter, lluvia y remontada: clásico inolvidable para la Reserva

La Reserva de Racing visitó a Independiente por la novena fecha del Torneo Apertura y ganó el clásico por 3 a 2 en el Estadio Libertadores de América.

 

Primer Tiempo: Racing fue más, pero la ganó Independiente con eficacia

Bajo una intensa lluvia que no dio tregua desde el arranque, el equipo de Pablo Gomis salió con personalidad y se hizo dueño de la pelota. Durante los primeros minutos, Racing impuso condiciones con presión alta y tenencia, aunque sin profundidad ni situaciones claras. El primer remate al arco de Racing fue recién a los 14 minutos.

El buen momento se sostuvo entre los minutos 15 y 30. Francisco Fraga avisó con un remate cruzado tras una gran jugada individual, y a los 18 el partido debió detenerse momentáneamente por la intensidad de la lluvia. A pesar de eso, la Academia  mantuvo el control del juego. A los 23 minutos, Máximo Paredes vio la amarilla por cortar una contra, pero después tuvo su revancha: a los 27, definió con categoría un mano a mano, tras una gran asistencia de Emiliano Saliadarre, para abrir el marcador.

Sin embargo, cuando parecía que Racing tenía todo controlado, Independiente reaccionó en la recta final del primer tiempo. Primero avisó con un par de remates bien contenidos por Thiago De Bellis, pero a los 37 minutos encontró el empate con un cabezazo de Simón Pinto tras un tiro libre. El golpe se sintió y apenas tres minutos después, otra vez Pinto de cabeza, puso el 2-1 tras un córner.

La Academia intentó volver a ponerse en partido con remates de Matías Acevedo y Fraga, pero se encontró con un Tazo firme bajo los tres palos. A pesar del resultado, Racing mostró superioridad en el juego, pero pagó caro las pelotas paradas y la falta de contundencia.

 

Segundo Tiempo: Una tormenta perfecta

Tras un primer tiempo injusto por el resultado, Racing salió a jugar el complemento con hambre de revancha. Bajo una lluvia que no aflojaba, el equipo dirigido por Pablo Gomis mantuvo la idea y potenció su intensidad para revertir la historia.

La Academia arrancó el segundo tiempo con voracidad, presionando alto y obligando al error. Y el empate llegó rápido: a los 4 minutos, tras una mala salida de Independiente, la pelota quedó en los pies de Matías Acevedo, quien encaró desde la izquierda hacia el centro y sacó un derechazo que pegó en el palo y entró para el 2-2.

Racing no frenó. Continuó con la presión asfixiante y, a los 12 minutos del complemento, concretó la remontada. Santino Vera recuperó en mitad de cancha y se la dio a Saliadarre, que abrió para Máximo Paredes. El 7 encaró por derecha y, cuando parecía que iba a asistir, el centro se cerró y terminó colgándose por encima del arquero. Golazo inesperado y 3-2 para la Academia.

Con el resultado a favor, Racing se replegó inteligentemente, apostando a las salidas rápidas con Fraga. El 9 tuvo un mano a mano clarísimo a los 17 minutos, pero Tazo volvió a tapar. A partir de ahí, el partido se volvió más físico, con muchas interrupciones. Gomis mandó a la cancha a Gonzalo Reyna por Emiliano Saliadarre y a Galo Volpe por Máximo Paredes. Minutos despues, Fraga recibió un golpe fuerte en la cabeza y, tras ser vendado, terminó saliendo por Nicolás Kozlovsky momentos después. También entró Jenluis Pérez por Matías Acevedo.

Independiente buscó el empate con más ganas que ideas. Racing lo esperó bien parado y cortó cada intento con oficio. De Bellis respondió cuando lo exigieron, y en los últimos minutos, con línea de cinco, el equipo resistió con orden. En el final, a los 44, pudo liquidarlo con una contra de Gonzalo Reyna, pero Tazo volvió a intervenir. El cierre fue caliente, con amarilla para Nicolas Kozlovsky que generó un tiro libre peligroso para el local en la última jugada, pero Racing aguantó.

 

Final del partido: Más que tres puntos

El triunfo en el Clásico fue una muestra clara del carácter y la identidad de este equipo. Porque más allá de la lluvia, del golpe anímico que significaron los dos goles de Independiente en el primer tiempo y de lo cuesta arriba que se presentó el desarrollo, la Reserva de Racing nunca perdió el rumbo. Siguió creyendo en su juego, fue a buscarlo con determinación y se lo llevó con justicia. La reacción fue colectiva, pero con nombres propios que marcaron la diferencia: Máximo Paredes, figura con dos goles y despliegue total; Matías Acevedo, clave en el empate y siempre activo; y un equipo que supo sufrir, competir y ganar. Un clásico que deja mucho más que tres puntos: deja un mensaje claro de lo que representa ponerse la celeste y blanca, incluso en la Reserva. Porque cuando Racing juega con el corazón en la mano, ni la tormenta más feroz puede detenerlo.

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Redactor

FacuChabal

Estudiante de Lic. en Comunicación Social en la UBA. Hincha y socio de Racing Club. Participante activo de la Filial Luján "Iván Pillud"

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