El Racing que no fue

El Racing que no fue

Tras una nueva desilusión futbolística expuesta en la noche del viernes ante Platense, se observa cada vez más el desorden y la debacle general que viene sucediendo dentro del club. El Racing que no fue.

La Academia tenía todo para dar el salto de calidad. Hace menos de un año, eliminaba al campeón de la Copa Libertadores en el mismísimo Maracaná y estuvo a tan sólo un gol de clasificarse a las semifinales del certamen continental más importante. Sin embargo, desde mediados de enero de 2021, un mes después de dicha copa, hasta la fecha, se rompió con todo lo bueno que se había adquirido.

La ida de Sebastián Beccacece, tras entender que salía de la institución no solo la persona que lo trajo sino el proyecto por el cual llegó, marcó el comienzo de malas decisiones y un camino en bajada que parece no tener fin. Arrancó la era de Juan Antonio Pizzi, un entrenador totalmente opuesto a la línea de sus dos predecesores. Tanto con Eduardo Coudet como con el actual director técnico de Defensa y Justicia, la academia era protagonista en cualquier cancha tomando las riendas de la posesión de la pelota y jugando al ritmo que se quería. Sin embargo, nada de eso se vio a lo largo de todo el 2021.

Los gritos de anoche de gran parte del estadio yendo en contra de lo que los bombos y las trompetas querían hacer cantar, no son sólo por un partido, sino que el socio se cansó de un año en el que se hizo todo mal. El “Milito, Milito” es un grito de guerra que excede al mismísimo Diego Alberto ya que va más allá de la persona. Él mismo alguna vez dijo que el escudo está por sobre todo el resto y así lo entiende la gente.

Ese grito de guerra es por el proyecto que representaba. El de invertir para crecer, el de profesionalizar las áreas, el de hacer a Racing aún más grande y dar de una buena vez por todas ese salto de calidad.

Si desde el 22 noviembre de 2020, mes en el que se mostró el video con la decisión del por entonces secretario técnico de que no seguiría en la institución, se hubiera visto un orden dentro del club, una idea futbolística de como avanzaría este Racing y una continuidad de las cosas bien hechas hasta el momento, la imagen del ídolo no sería la actual sino que se tendría la nostalgia de querer verlo por Avellaneda pero sabiendo que las cosas se están realizando correctamente.

Un estadio Presidente Perón en condiciones deplorables, un plantel diezmado con jugadores que saben que no continuarán en el club y así entran a la cancha, un director técnico interino que llegó para ayudar pero no aporta nada al club que tanto quiere y una dirigencia que brilla por su ausencia, así es el presente de Racing que parece no tocar fondo y que aún le queda mucho para que se vaya este año 2021 totalmente perdido.

Periodista

Juan Paulo Bustamante

Periodista especializado en Deportes (ISEC) Socio 24199 #YoMilito #RacingPositivo

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