La Academia no la puede embocar

Paradojas del destino, del fútbol. El equipo mas goleador del fútbol argentino, el goleador de la ultima Superliga, lleva dos partidos sin anotar.

Si bien mereció ganar en los dos últimos partidos, se le está haciendo cuesta arriba convertir y encarrilar los partidos. Algunos dirán que son consecuencia de los primeros partidos de temporada, donde las piernas se van aflojando de a poco y las nuevas piezas comienzan a engranar en el andamiaje colectivo.

Hablando del partido de ayer, se sabía de antemano que el equipo de Madelón está en proceso de reconstrucción y llegaba al Cilindro con un esquema conservador por demás, con el deseo de llevarse algo de Avellaneda.

El primer tiempo de Racing fue exasperante. Tibio en la presión al rival, irresoluto en los metros finales, poco original para buscar los caminos al gol. La única clara fue un remate cruzado de Cristaldo a pocos minutos de iniciado del partido. Después, la búsqueda permanente a Iván Pillud para que tire centros generalmente con destino tatengue. Ah, por cierto, la jugada mas peligrosa de esa etapa la tuvo Unión, con un remate de Gómez Andrade al palo izquierdo de Arias.

El complemento le pedía cambios al juego del Campeón. En todo sentido. Desde la actitud, apenas un poco mas de empuje. Recién a los 17’ del complemento Coudet metió mano en el equipo y envió a la cancha a Pulpo González y Walter Montoya por Iván Pillud y Matías Rojas (de floja actuación). Estos ingresos cargaron de energía al equipo y en el lapso de los últimos 20 minutos, se vió lo mejor del equipo.

Equipo corto, presión alta , búsqueda por los costados, por el medio y dos remates desde fuera del área que exigieron al máximo al arquero Moyano (figura del encuentro). Una intensidad que hubiese estado bueno que se hubiera ejercido desde el comienzo. En el medio, un clarísimo penal por mano de Andrade que Lamolina omitió (con VAR era penal).

Ya en el último minuto de descuento, llegó la ocasión mas clara de Racing en toda la noche. Recuperación de Zaracho en el medio, pase llovido para Cvitanich a espalda de los centrales y Darío inició una carrera con tiempo y espacio mano a mano con el arquero. Lamentablemente, la definición del ex Banfield no fue buena y la gente se fue del Cilindro con el grito atragantado.

En declaraciones post partido tanto Lisandro como Coudet coincidieron en que la producción colectiva fue buena y sólo está faltando el gol. Sí, principalmente es eso, pero agregaría también trabajar un poco mas el tema de las variantes para entrarle a rivales que utilizan planteos defensivos desde un comienzo. Y además, el tema de la intensidad en la presión, que fue una marca propia de este equipo y ayer faltó sobre todo en la primera etapa.

El camino es largo y recién empieza. Nadie duda de que Racing cuenta con muy buenos futbolistas y que los nuevos, deberán adaptarse a lo que es este mundo. Ya fuera de cualquier doble competencia, el objetivo es pelear la Superliga hasta el final. El tema es que no sea demasiado tarde.