La muestra de amor más grande de un hincha de Racing

Fue en 1997 en la antesala a un partido por octavos de final de Copa Libertadores donde Racing igualó 3-3 ante River en el Cilindro. Allí, la bandera más grande del mundo se desplegó ante los ojos del mundo.

«Más allá de la lógica, más allá de la razón, te entrego mi vida y mi corazón»

decía la leyenda grabada en ese trapo inmenso que iba de lado a lado del Cilindro y ocupaba la totalidad de las dos bandejas. Un espectáculo maravilloso para espectadores y una sensación de orgullo para nosotros al saber que teníamos la bandera más grande del mundo. Eso, sin dudas es algo que nadie nunca nos va a sacar.

Pongamos un poco de contexto. Miércoles 23 de abril de 1997, partido de ida de octavos de final de Copa Libertadores ante el River de Ramón Díaz, Enzo Francescoli y compañía. Sin dudas que era una ocasión propicia para desplegar semejante trapo y presentarlo ante el mundo entero para la envidia de los ajenos al club.

Esa noche, el partido finalizó 3-3 siendo un resultado poco ventajoso para Racing, teniendo en cuenta que no pudo sacar diferencia en condición de local, pero conocemos el final feliz que se dio en la vuelta en el Monumental.

Ahora, volviendo a la bandera, muchos se preguntan donde está hoy en día ese pedazo gigantezco de tela celeste y blanco. La versión más conocida, pero no comprobada, es que Jaime Fabián Heredia, alias «Jaimito», ex jefe de La Guardia Imperial, la tiene entre sus posesiones.

Luego, esa misma bandera fue desplegada en pocas ocasiones más, como por ejemplo en la semifinal de esa misma edición de la Libertadores ante Sporting Cristal y luego, por temas de logística, no formó más parte de los recibimientos de la Academia.

23 años pasaron de ese primer despliegue maravilloso que quedará grabado eternamente y que marca uno de los hitos más importantes de nuestro orgullo racinguista. Esperemos que en el tiempo se pueda llevar a cabo un nuevo trapo de esa magnitud y así revalidar lo mostrado 23 años atrás: que el sentimiento y la pasión no tienen medidas.