Los hinchas de Racing jugaron un papel determinante

Sabido es la fidelidad de los hinchas de Racing para con el club. Si atravesaron los peores momentos de su historia como lo fue el descenso en 1983, la quiebra y el estar a punto de desaparecer en 1999; cómo así también momentos épicos. Los hinchas de Racing jugaron un papel determinante.

El llenar dos canchas el día del título en 2001, la multitud que colmó el obelisco tras la obtención de la Superliga pasada, y no se puede obviar lo vivido ayer en el Estadio Presidente Perón.

Se jugó el clásico de Avellaneda, ante el rival de toda la vida. De local, ante 50.000 personas que colmaron el Cilindro y no pararon de alentar desde la previa, comenzando con el recibimiento apenas el equipo saltó al campo de juego, los globos celeste y blanco, las cintas con los mismos colores, le dio un marco impresionante al partido; el momento bisagra del encuentro, se dio con la expulsión injusta o no de Leonardo Sigali antes del minuto del segundo tiempo.

A partir de allí la gente jugó un rol fundamental, fue un jugador más, se hizo sentir alentando hasta el final, apoyando a los jugadores y al entrenador luego de semanas convulsionadas y llenas de rumores, el momento de éxtasis se produjo cuando a falta de cinco minutos para que termine el partido, el Chileno Marcelo Díaz empujó a la red la pelota para que todo el Estadio se una en un alarido, todos al unísono con el grito de gol, junto con las lágrimas, los abrazos, las camisetas al viento, gritando por Racing y por la victoria más épica en un clásico inolvidable, que por siempre será inolvidable.

Los hinchas jugaron su partido, fueron el factor determinante junto con la entrega de los jugadores.

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