Para ganar, hay que saber sufrir

Por la undécima fecha de la Superliga, Racing volvió a ganar y se mantiene firme en la punta, sacando mas diferencia a sus perseguidores inmediatos. Fue 1-0 ante Newell´s en El Cilindro, con la vuelta al gol de Jonatan Cristaldo. El equipo no tuvo una gran actuación, y por momentos sufrió el partido. La mala, Zaracho, Saravia y Soto salieron lesionados y se espera por sus evoluciones.

La gente llegó a un soleado Cilindro con una sola premisa: “Hoy hay que ganar”. Con River y Boca pensando en su final, y con los inmediatos perseguidores perdiendo puntos, era una nueva y gran oportunidad para los dirigidos por Coudet para seguir pisando fuerte en la cima del torneo.

Se ganó, sí, pero créanme que costó mucho mas de lo imaginado en la previa ante un rival que solo tres días atrás recibió un golpazo anímico muy fuerte al perder el clásico por Copa Argentina ante su eterno rival.

El primer tiempo fue casi un “deja vú” del partido ante San Lorenzo, con la salvedad de que el gol fue celeste y blanco. La Academia no podía adueñarse de la pelota (Qué bajo está Marcelo Díaz), abundaban los nervios y el rival se animaba cada vez más, aunque carecía de jerarquía para lastimar con real peligro. Para colmo, dos lesionados académicos tuvieron que dejar la cancha por lesión, y ambos convocados a la Selección: Zaracho y Saravia.

Y en la última del PT, un córner ejecutado por Pol encontró a un buen cabezazo de Cristaldo para darle una inmerecida ventaja a Racing. Gol y al descanso.

En el complemento, el equipo salió un poco del fondo y comenzó a tener aproximaciones de cierto peligro, pero eso duró solo un par de minutos. Luego, el conjunto rosarino se adueñó nuevamente de la pelota y fue puro empuje sin ideas. Ingresó Donatti (por el lesionado Soto) para reforzar el fondo, pero la lepra tuvo dos muy claras para empatarlo. A su vez, Cristaldo -tras centro de Pillud- tuvo la mas clara para sentenciar la historia pero su remate se fue increíblemente por arriba del travesaño.

Y fue final. Se sufrió, no se jugó bien, hubo lesionados. Pero el amor propio del equipo y el aliento de la gente sacaron adelante este importante partido para seguir primeros y hoy, con siete puntos de diferencia respecto al inmediato perseguidor. Estos partidos sirven -y mucho- si se toma nota de los errores y se corrige en lo inmediato.