Perfil de Mauricio Martínez: “Técnica versátil”

El volante que llegó procedente de Rosario Central tiene la adaptabilidad como una de sus mayores virtudes. Le da al entrenador la posibilidad de cubrir la zona media de la defensa o del mediocampo. Sin tanta velocidad, pero con técnica de sobra, Caramelo le cuidará las espaldas a Nery Domínguez.

 Santo Tomé, una localidad aledaña a la Capital de Santa Fe, fue el origen de Mauricio Martínez, el nuevo jugador de Racing. El flamante volante que llegó a la Academia para engrosar la línea media y ser el reemplazo natural de Nery Domínguez comenzó sus primeros pasos en el fútbol pateando en el club de la ciudad. El talento y la inteligencia los desarrolló en Unión; mientras que en Rosario Central aprendió a adaptarse en distintos puestos. ¿La Selección Argentina? Un éxito del pasado y un anhelo del futuro.

Estancado en el Canalla tras cambiar de posiciones con los distintos entrenadores y sin poder asentarse en ninguna. El mismísimo Eduardo Coudet lo pidió con ahínco en 2016 cuando arribó al club, justamente tras una puja con Racing. Su primer semestre fue muy bueno siendo el complemento de Damián Musto.

La salida del Chacho cambió el panorama de Caramelo: primero Paolo Montero y después Leonardo Fernández lo utilizaron más como zaguero que como volante. A partir de allí su imagen se fue desdibujando con intermitentes puntos altos como el juego ante Boca por Copa Argentina donde marcó el gol decisivo. Tres goles en casi 50 partidos dan cuenta de un ciclo aceptable, pero sin el brillo que se preveía.

Su aparición en Unión fue interesante. Sin ser un gran recuperador o corredor, mostró su buen posicionamiento para interceptar pases, su buen pie para iniciar las jugadas y buena técnica para ejecutar desde media distancia. Sus buenos encuentros (le hizo un gol a Boca en la Bombonera presionando alto y definiendo sutil) despertaron el interés de equipos grandes como River, San Lorenzo, Independiente y Racing. Fue tal su explosión en el Tatengue que fue convocado para disputar los Juegos Olímpicos de 2016, donde hasta convirtió un tanto de tiro libre ante Honduras. Sus números finales en el Tate fueron 91 encuentros y otros tres goles.

Con 25 años aún está en la edad donde puede explotar; tiene potencial y características que Racing necesita. La Academia suma buen recambio en un sector sensible y que sufrió en el semestre anterior.

Por Ramiro Cue