Así sí, Academia.

Luego de la dolorosa y decepcionante eliminación por Copa Libertadores, Racing tuvo una rápida revancha. En la soleada mañana del domingo, derrotó con autoridad a Rosario Central por 2-0 y se transformó en el nuevo puntero de la Superliga Argentina. Lisandro López -la figura excluyente del partido- y Augusto Solari, los autores de los goles del triunfo.

“Llega el domingo y todo vuelve a empezar..” reza una de las canciones de la hinchada. “Se me parte el corazón, cada vez que vos perdés, me pongo de la cabeza y otra vez te vengo a ver…” , dice otra por allí. Ambas letras, tienen un denominador en común: simbolizan la fidelidad eterna del hincha de Racing ante cualquier resultado deportivo que pudiera ocurrir.

Y esto pasó , una vez mas, en la mañana del domingo. Es que la oportunidad era especial. El rival era Rosario Central, único puntero del campeonato, y La Academia, en caso de vencer, lo quitaría de esa posición para tomar el liderato.

El partido no empezó del todo bien para los del Chacho. Central tomó las riendas y tenia una circulación de balón mejor que la de los locales. Néstor Ortigoza era el eje del equipo, y arriba, Rúben y Zampedri se mostraban peligrosos. Pero de a poco, Racing se fue acomodando y terminó un poco mejor la primera etapa, aunque sin poder cristalizarlo en el marcador.

El segundo tiempo tuvo un protagonista excluyente y ése fue Racing, que salió decidido a buscar la punta del campeonato. A los cinco minutos, los de Chacho desempolvaron un arma que estaba guardada: la pelota parada. Tiro de esquina, Cristaldo la peinó y Lisandro entró libre por el segundo palo para marcar el 1-0.

Lejos de relajarse, la actitud del equipo nunca claudicó. Por el contrario, siguió presionando en campo rival y cuando recuperaba la pelota le daba un sentido importante. En ese contexto, la figura del chileno Marcelo Díaz fue clave; era la aduana del equipo, inteligente para anticipar, para leer cada jugada y sobre todo, para hacer jugar a sus compañeros.

Había olor a segundo gol ..pero algunas situaciones desperdiciadas (una muy clara de Cristaldo que le tapó Ledesma) y lo escaso del resultado , no dejaban del todo tranquilos a los hinchas.

Por suerte para ellos, la incertidumbre terminó a cinco minutos del final. Toda la jugada fue de Solari, quien abrió para el ingresado Bou y éste, nada egoísta lo volvió a buscar para que el ex River (que tuvo un partido de menor a mayor) sentenciara el partido con el 2-0 definitivo.

Y fue final. Una caricia al alma. Un bálsamo que saca una sonrisa a los hinchas cuando hoy ven la tabla de posiciones y ven a su equipo como único puntero tras cuatro fechas disputadas.

Pero hoy lo mas destacable fue el cambio de actitud del equipo, que dejó atrás (aunque sea una herida que tardará en cicatrizar), una decepcionante actuación en Núñez. “No me perdono que mis equipos no sean intensos” había dicho Coudet post-eliminación. Primero el capitan agarró el guante y hoy, el equipo acusó recibo. Fue otro, mas determinante y convencido.

Esperemos que lo de hoy sea un partido bisagra, un click. Y sobre todo, que la punta siga siendo celeste y blanca por muchas fechas más.