Racing luchó en Villa Urquiza pero se quedó con las manos vacías

Con tres bajas clave, Racing viajó al siempre difícil 40×20 de Pinocho y, pese a dejar todo en la cancha, cayó 4-3 en un partido vibrante que se definió en los últimos segundos. La entrega y el compromiso del equipo invitan a soñar con lo que viene.

La Academia viajó al siempre difícil reducto de Villa Urquiza para enfrentar a Pinocho en un partido que prometía ser vibrante. Con tres bajas sensibles —el capitán Alan Miño suspendido, Torres con una fractura en la mano y Óscar Arrieta afuera por un golpe en el último partido— el equipo dirigido por el Hueso Serra sabía que la parada iba a ser dura. Y así fue.

En los primeros minutos Racing mostró mucha intensidad. A los 2, el travesaño le negó el primer grito al jugador con la número 20. Sin embargo, a los 5 minutos, Pinocho golpeó primero a través de Legal, que puso el 1-0. Racing intentó encontrar espacios pero el local no dejó jugar cómodo. A los 14, Tobías Fernández, con mucha clase, logró igualar el marcador, dándole esperanza a un equipo que nunca bajó los brazos.

El primer tiempo terminó parejo, con Racing acumulando dos amonestados y buscando mejorar en el complemento. Pero el segundo tiempo se presentó cuesta arriba: a los 5 minutos, Bautista Caso adelantó nuevamente a Pinocho, y apenas 20 segundos más tarde De Fiore puso el 3-1 para los locales.

Pese a la desventaja, Racing no se rindió. A los 9 minutos, Pezzani aprovechó un hueco en la defensa rival para descontar. Pero la ilusión duró poco: otra vez Pinocho estiró diferencias.

Sobre el final, Ian Blum puso el tercero para Racing, dejando el marcador 4-3. La heroica casi se concreta en la última jugada, pero el arquero local, Steccatto, se vistió de héroe sacando lo que era el empate a falta de solo 3 segundos.

Racing mostró carácter, luchó hasta el final y, a pesar de las ausencias, dejó una imagen de compromiso total. El equipo ya piensa en el próximo compromiso, con la ilusión intacta.

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Por Martina Álvarez