Perfil de Alexis Cuello: “La transformación de la Joya”

El Chucky hará su primera pretemporada con el plantel profesional tras un semestre donde fue figura absoluta de la Reserva. Nacido como extremo, pero reconvertido como centrodelantero, fue el goleador de la Tercera y hasta llegó al banco de los más grandes. Otro pichón con pasta…

En un equipo tan aceitado y con buen funcionamiento como es Racing, a los juveniles se les puede hacer más fácil sus primeros minutos en la máxima categoría. Sin embargo, la situación de la Academia –puntero, casi con la obligación de ser campeón de la Superliga- juega en contra para que los gurrumines se escabullan entre los 18 convocados. Sin embargo, de a poco y a fuego lento, Alexis Cuello va haciendo su espacio. Subiendo peldaño por peldaño, esta gran promesa hace su primera pretemporada y hay expectativas altas en sus habilidades.

Categoría 2000, nacido en la Isla Maciel, juega en Racing desde los cinco años. Durante su recorrido por las Divisiones Inferiores de la Academia, “Chucky” se desempeñó como volante por izquierda, incluso así llegó a Reserva. Sin embargo, por sugerencia de Eduardo Coudet, el Lagarto Fleita empezó a ubicarlo como centrodelantero, donde se adaptó rápidamente y no paró de meter goles en el último semestre.

Cuello es de la escudería de “Monchi” Medina, quien ha descubierto grandes valores para el semillero racinguista como Zaracho y Centurión. Él lo describió como un delantero “con gran físico”. En los detalles señaló que es “fuerte para jugar arriba, le pega con las dos piernas igual” y que la mayor virtud siempre se ha sido por las bandas, tanto en ataque como en defensa. “Está acostumbrado a hacer goles”, cerró.

Junto a Evelio Cardozo son los dos purretes que Coudet eligió para que empiecen a sumarse al plantel profesional. Miembro de una categoría prometedora que ya depositó a Julián López en Primera, ahora es el turno de Alexis Cuello. El Chucky, ese gran talento formado en el Predio Tita, uno más de la lista. Una joya reconvertida que respira Racing de chiquito y que asoma para dar alegrías.