Una mala costumbre: Nery, Mena y ahora Hauche

Gabriel Hauche tuvo una mala salida de Racing porque dio prioridad para esperar una oferta económica aceptable que nunca le llegó por parte de Víctor Blanco y la dirigencia. Una mala costumbre que se repite en la Academia.

Las similitudes de las salidas en Racing son evidentes. Jugadores importantes que tienen una historia y se van de mala manera de Racing. Una renovación por delante, pero la dirigencia falla en los tratos para que se queden en el club.

Es que esta forma de manejarse que tiene la CD y su Presidente con los jugadores que son queridos por la gente , es algo cuestionable hace años. Nery Domínguez, Eugenio Mena y Gabriel Hauche lo sufieron. Todos tenían como prioridad renovar con Racing, pero llegado el último mes todos terminaron recorriendo sus últimos días con despedidas vía redes y retirando sus cosas del club el último día de su vínculo.

Siempre el problema fue el mismo, prolongar las reuniones y hacer promesas de ofertas que luego en la mesa no son las esperadas. Por ejemplo en el caso Nery Domínguez, Fernando Gago pidió que se quede, pero el defensor/mediocampista se terminó yendo porque 15 días antes nunca tuvo la respuesta que esperaba tener para renovar.

Eugenio Mena siempre fue conflictivo con esta dirigencia. En el arranque de 2021 hizo un reclamo pidiendo la actualización de su contrato y llegó a perderse partidos debido a ello, pero luego su disputa terminaría con las ofertas de Chile que le anunció a la dirigencia que tenía sobre la mesa, a las cuales la CD no intentó ni quisiera acercarse a un número razonable. Así terminariamos sin Mena en el 2023.

Con Gabriel Hauche pasa la misma situación. Si bien el jugador estaba comprometido y con ganas de renovar porque había un avance entre las partes, todo se rompió cuando la oferta no fue la esperada sobre la mesa y el jugador lo tomó como una falta a su trayectoria en Racing. Lo agrava el hecho que Gustavo Costas, flamante DT, quería que el Demonio se quede.

En los tres casos vemos las similitudes de los casos, jugadores importantes que se sienten ninguneados por parte de la dirigencia que se escuda en una frase popular: «no vamos a hipotecar el club».

Si bien es discutible el nivel de los jugadores dentro de la cancha para decir si debían o no seguir, el cuestionamiento es el como. Las consecuencias fueron claras en el pasado, Piovi ocupó el lateral izquierdo hasta que tuvo que venir G. Rojas de la mano de Bragarnik porque no había suplente en esa posición sobre la hora. También hay que recodar que Galván, ocupando el puesto de Nery, se hizo cargo de un penal que no le correspondía frente a River.

Tampoco nos olvidemos de Chiquito Romero, que se mantuvo con vestimenta de Racing y entrenando en el Predio Tita Mattiussi por muchas semanas, pero nunca tuvo una oferta formal por parte de la dirigencia para ser arquero del plantel de Racing. Eso ocasionó que se lo enfrentará en los 4tos de la Copa Libertadores y que fuera clave en el rival para perder en tanda de penales de local.

Y atención, porque con Bruno Zuculini se está estirando demasiado las negociaciones, es por ello que aunque la voluntad de volver del jugador existe, parece que la dirigencia juega con ello tratando de aprovecharse. Son malas formas, malas costumbres que los hinchas siempre nos preguntamos ¿Por qué se manejan así con estos jugadores?.

Redactor

David 'Toty' Pintos

Amo Avellaneda. Amo la UNDAV. Amo estar haciendo periodismo en la vereda correcta.