Gabriel Arias (8): Serio, responsable y capitán. Su guía fue fundamental, manejó todos los momentos del partido. El director técnico dentro de la cancha.
Marco Di Césare (8): Una fiera indomable que por más que arriesga en área propia siempre sale con fundamentos futbolisticos bien parado. Un guerrero romano en la defensa.
Santiago Sosa (9): De día o de noche, siempre hay seguridad y salida con Santiago Sosa. Era que iniciaba las presiones desde el fondo. De selección.
Agustín García Basso (8): Adorable ser de luz que cerró con sus alas de guardián el sector izquierdo. Se recuperó al 100% luego de tener un inicio de 2do semestre lleno de lesiones graves. Resilencia.
Gastón Martirena (10): Mil veces perdón Martirena. Te pido disculpas por haberte dado con un caño. De hacerme enojar en los partidos, pasaste a jugar una final donde me hacías brotar lágrimas. Te ganaste ovaciones y mil años de amor Racinguista.
Agustín Almendra (7,5): Enteramente de Racing. Juega y deja la vida por la camiseta que se pone. No deslumbró desde su juego, pero fue importante en su aporte táctico desde la presión y la 2da pelota.
Juan Nardoni (8,5): Roció de fútbol la mitad de cancha. Fue alma, corazón y vida de Racing en el medio. Se consagra en su mejor momento dentro del campo de juego.
Gabriel Rojas (7,5): Infranqueable por la izquierda. Uno de los más regulares en todo el año. De los mejores en su sector.
Juanfer Quintero (7,5): Con las pinceladas que tuvo le alcanzaba en el campo. Es el responsable de este Racing finalista, la inspiración de buen juego en cada pase.
Maximiliano Salas (9,5): Adentro de la cancha es insoportable para los rivales. Los choca, los pelea, los hacer rendirse. Asistencia y gran admiración por jugar 90 minutos bajo 70 grados de sol.
Maravilla Martínez (9,5): Enfermo del gol. No hay elogios para una maquina como Maravilla Martínez. Era el partido de su vida y lo jugó como tal. Goleador innato que lleva a este Racing a conseguir la gloria Sudamericana.
Bruno Zuculini (8,5): Su hambre de ganar con esta camiseta lo hizo volver. Cuando ingresó fue la guadaña de quite y el aire de Nardoni. De los mejores partidos en cancha.
Santiago Solari (7,5): De todos los que venían mal había levantado y tenía merecido jugar en esta final. Ingresó a darle aire y velocidad al equipo.
Roger Martínez (8,5): Entró sabiendo que iba a tener esa que todos esperamos cada vez que toma la pelota en el área. Su gol se recordará como aquel que generó un temblor en Asunción, un grito de felicidad Racinguista para liberar el cántico de «dale campeón» en la nueva olla. Arte puro su tanto.
Gustavo Costas (10): Racinguista de ley. Racing es Costas, Costas es Racing. La oración que de ahora en más todo el que sea de Racing dirá al nombrarlo, recordarlo, admirarlo por su nombre. Todo lo que dijo lo cumplió, soportó un mar de críticas que casi lo invitaron a dejar por el camino este sueño, pero se puso firme y le cerró la boca hasta a su más crítico. Todo este logro es pura y exclusivamente de él.
Facundo Mura (10): Admiración por alguien que ha sufrido mucho por estar donde está y que vivió días muy difíciles. Esta copa la debe disfrutar mucho por todo lo que vivió desde que viste esta camiseta. Mención especial para Murita.
Vecinos de Paraguay (10): Con el calor agobiante pudieron hacer caso omiso a los argentinos que invadian su tierra con camisetas celestes y blancas. Ellos sacaban mangueras y nos invitaban refrescos para que podamos soportar e ir a festejar. Nunca los olvidaremos ciudadanos de Asunción.
Esteban Ostojich y Leodan González, arbitro y Var (1): Inresptuosos, lacras, sin vergüenzas que quisieron robarnos la ilusión. Nunca vamos a olvidarnos del gol que anulan de manera vergonzosa y que nos bombearon todo el partido.
La conmebol y la empresa de tickets (1): No solo le mintieron a la gente que sacó la entrada, sino que encima los hicieron ir hasta allá y al último momento cancelarle las entradas. Lacras mercenarias que dejaron a 900 de los nuestros afuera. Inservibles.
El hincha de Racing (10): Grande por su gente dice el dicho que es Racing, lo volvieron a demostrar. No solo que otra vez llenamos dos canchas el mismo día, sino que lo hicimos en otro país, vendiendo cosas, endeudandonos, a dedo, miles de cosas hicimos para estar con nuestro Racing amado. Pusimos a Racing otra vez en la tapa internacional, demostramos lo que es vivir para tu club en cada lugar que nos tocó. Salud campeones disfrutemos campeones (y vamos por más ahora).
Amo Avellaneda. Amo la UNDAV. Amo estar haciendo periodismo en la vereda correcta.
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Racing volvio a ser el Equipo de Jose Pizzutti. En los tiempos en que el Coco Rulli tenia en sus brazos al mascota Gustavo Costas. Deberia ser llamado junto con los que quedan del equipo Campeon del Mundo a festejar con los campeones de la Copa Sudamericana.